La historia de un tesoro latinoamericano guardado en Buenos Aires
Por Aline Martini Pontes Vidal
El famoso cuadro de la artista brasileña Tarsila do Amaral (1886-1973), que recién regresó al MALBA desde una exhibición en el Museo de Arte Contemporánea de São Paulo (MASP) tiene una historia muy interesante, así como la vida de su creadora.
En 1923, ella va a vivir en Europa, acompañada del poeta brasileño Oswald de Andrade, su futuro marido. En París, llega a conocer al pintor Pablo Picasso y pasa a frecuentar el estudio del artista cubista francés Fernand Léger, quien influenció significativamente en su futuro trabajo.
Será en el año siguiente, en 1924, todavía en Francia, que Do Amaral redescubre su propio país, hecho que se percibe como temática central de sus obras en este periodo. Los críticos de arte definen este momento artístico de la pintora brasileña como la fase “Pau-Brasil” de su obra. El nombre hace referencia al árbol de mismo nombre, que se encontraba en abundancia en Brasil en el contexto de la llegada de los portugueses a América en el inicio del siglo XVI y que dio nombre al país. Los temas que aparecen en su obra son tropicalidad, la fauna y la flora plural del país, así como objetos que hacen referencia al intenso proceso de modernidad por lo cual pasaba el mundo en el inicio del siglo XX.
Fue en este contexto que Do Amaral produjo el cuadro “Abaporu”, en 1928. El nombre fue una creación conjunta entre su marido Oswald de Andrade, a quien ella ofreció el cuadro, y el escritor y diplomático brasileño Raul Bopp. La palabra “abaporu” significa “hombre que come gente” en el idioma tupí-guaraní. Eligieron esta palabra en el idioma indígena y con este significado por motivos estéticos, de proponer un nuevo arte. Un movimiento cultural que fuera capaz de digerir toda la influencia venida del exterior, transformándola de acuerdo con la realidad del país, creando un arte único y nacional, a ser exportado al mundo. Esas ideas fueron expuestas en el “Manifiesto Antropofágico” por el marido de Tarsila, Oswald, uno de los inauguradores del movimiento antropofágico.
La mención del idioma tupí-guaraní se explica también sobre la óptica de exaltación de elementos nacionales que introducen al indio como figura idealizada. Ese intento de retomar la figura del indio no fue nuevo en el arte brasileño, ya que en la segunda fase del movimiento romántico decimonónico, como en la obra del pintor Victor Meirelles (imagen 2) se observa esta operación. Además, sobre la elección del tupí-guaraní, era el idioma más hablado en la provincia de São Paulo a lo largo del siglo XVIII, según nos enseña Sérgio Buarque de Holanda (si este nombre te hace recordar al cantante brasileño, estás en lo correcto, es su papá, un importante académico).
Es interesante mencionar la importancia del cuadro Abaporu en la cultura brasileña. En las escuelas del país, es muy común que los niños en edad escolar sean estimulados por sus maestros a pintar su propia versión del Abaporu (imagen 3). Yo misma tuve esa experiencia cuando era niña. Al sugerir una nueva identidad cultural al país, de manera autónoma e creativa, el movimiento antropofágico tuvo una impacto relevante en la formación cultural brasileña. Los brasileños lo asocian al sentimiento de brasilidad, según explica la crítica de arte y profesora de la Universidad de Sao Paulo, Dra. Aracy Amaral.
En 1995, el empresario argentino Eduardo Constantini la compró por 1,35 millones de dólares en una subasta de Christie’s en Nueva York. Años después pasaría a ser parte del acervo de un joven MALBA.
La presencia del Abaporu en el MALBA, un museo de proyección internacional, puede ser entendida, en el mundo del arte como esencial para la globalización del arte brasileño, así como para la difusión del arte latinoamericano. También, auxilia en la profundización de los lazos entre Brasil y Argentina, en términos de cooperación cultural, ya que el cuadro participa con cierta frecuencia de exhibiciones de Brasil, como fue en el último año, en que participó de una exhibición en el MASP sobre la obra de Tarsila do Amaral.
Sobre la autora
Aline Martini Pontes Vidal
Club de Política UTDT
Maestría en Historia
Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Sao Paulo (Brasil)
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