En la cercanía de las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, un pequeño vistazo al sistema que decidirá la cabeza del país.
Por BRUNO MALARINI ELGOYHEN
Está bien, basta de chistes. Lo que se muestra arriba son dos elecciones reales y una ficticia (pero posible) donde los candidatos presidenciales “populares” (con más votos) no llegaron a ser presidentes. En este artículo se explicará cómo funciona el sistema electoral estadounidense y cómo se puede llegar a dichos resultados. En la segunda parte se discutirá más en profundidad los efectos del sistema. Advertencia: Este artículo tiene bastante matemática.
Resulta que los estadounidenses tienen un método de votación llamado el ‘Electoral College’ (Colegio Electoral). A diferencia de Argentina, los ciudadanos de EE.UU no votan directamente al presidente, sino que votan a nivel estatal a unas personas llamadas ‘electores’, que luego votarán al presidente del país. De esta manera, como intermediarios de la población, son los representantes de los estados, funcionalmente similares a las Provincias argentinas.
Para empezar, los ciudadanos de cada estado votan un partido, eligiendo entre sus candidatos presidenciales. El voto no es obligatorio. El resultado de las elecciones a nivel estatal define cuál es el partido que va a aportar los electores de cada estado (las personas encargadas de votar finalmente al presidente).
Figura 1: Mecanismo de votación en el Colegio Electoral. Diagrama de producción propia.
Se aclara que el ciudadano promedio “desea votar al presidente” por dos razones principales. La primera es que, como verán, es un sistema bastante confuso para la persona promedio, y no todos los estadounidenses comprenden su funcionamiento. No ayuda que el ticket para votar se vea así:
Figura 2: Boleta electoral (Fuente: Getty Images).
El diseño indica que se está votando a un candidato, no al Partido Demócrata o Republicano, que a su vez eligen a un elector que luego vota al presidente. La segunda razón es que, aunque un individuo sepa cómo funciona dicho mecanismo, por sí mismo no tiene capacidad de influenciarlo. El sabe que, aunque no vota a un candidato, espera que el partido que él votó termine eligiendo a su candidato.
Cada estado tiene una cierta cantidad de electores que se usan para votar al presidente, pero su número no depende completamente de la cantidad de habitantes que tiene:
Figura 3: Cantidad de votos electorales por estado (Fuente: El Gato y la Caja).
La elección del presidente se define por los votos de los 538 electores totales. Para ganar las elecciones, es necesario obtener una mayoría absoluta (270 votos electorales). El número asignado a cada estado corresponde a su cantidad de congresistas en el Congreso de los Estados Unidos. La única excepción es Washington DC (la capital) que, al no ser un estado, no tiene representación en el Congreso. A DC se le dan 3 votos electorales, correspondientes a 2 senadores y un representante. Así, el número de congresistas es de 535 mientras que el de electores es de 538.
Ya que el número de electores corresponde al número de congresistas, procederé a explicar cómo se le asignan las bancadas a cada estado. Todos los estados tienen dos senadores. Esto suma un total de 100 votos electorales que corresponden a los 50 estados. Los 435 votos electorales restantes corresponden a los representantes de la cámara de representantes y se calculan de la siguiente forma:
se le da un representante a cada estado;
los 385 representantes restantes se reparten en forma proporcional a la población. Estos son redistribuidos cada diez años, de acuerdo al cambio poblacional (Esto es así porque el censo de EE.UU. se realiza cada diez años)(1).
Este sistema le da a todos los estados un mínimo de 3 votos (2 senadores más un representante). Como no se asigna el total de electores de forma proporcional a la población, los estados con menor población ganan representatividad en el esquema nacional frente a los estados donde vive más gente. Esto significa que el voto de los habitantes de estados más numerosos termina teniendo menos peso. Por ejemplo, una persona que vive en Wyoming tiene 3,6 veces más influencia que un Californiano (Ver tabla 1 en el anexo para todos los Estados).
Figura 4: Votos sobrevaluados y devaluados (Imagen de elaboración propia).
Por otra parte, en la mayoría de los estados, ‘el ganador se lo lleva todo’, o sea que a los electores los pone únicamente el partido ganador local(2). Es decir, aunque el 49,9% de la población del estado haya votado al candidato perdedor, este no recibirá ni un solo voto electoral, así que la representación que le toca a cada estado en la elección nacional posterior (elección de diciembre) se define de forma completa en función de lo que elija la mitad más uno de sus habitantes.
Figura 5: Mecanismo de votación en el colegio electoral complejizado (Elaboración propia).
Por último, los electores no están obligados por una ley nacional a votar al candidato del partido que los envió. Hay leyes estatales para este propósito en algunos estados, pero no en todos. Por lo tanto, algunos electores tienen la libertad de votar a alguien que no fue nominado por el partido. En las elecciones de 1988 −Bush (padre) vs. Dukakis−, un elector demócrata se confundió y votó para presidente al vicepresidente de Dukakis, Lloyd Bentsen, en vez de votar a Dukakis. En 2004, −Bush vs. Kerry−, a un elector le pasó lo mismo y votó al vicepresidente de Kerry para presidente. En 1976 uno votó a Reagan, aunque Reagan fue candidato recién en las elecciones de 1980.
Matemáticas
Ya el lector puede sospechar que estos mecanismos generan diferencias respecto del resultado electoral que tendríamos si la victoria dependiera de obtener la mayoría agregada de los votos ciudadanos (o sea, si sumáramos los votos ciudadanos de todo el país a favor de cada candidato, de forma directa y sin ponderar por estado, y fuese ganador el que obtuviera la mitad más uno de los votos ciudadanos a nivel nacional). Generalmente este sistema tiende a premiar candidatos con muchos votos, y penalizar a los que poseen pocos votos (Ver tabla 2 en el Anexo):
Figura 6: En base a datos de la tabla 2.
Además, lo que puede llegar a ocurrir es que el candidato más votado por los ciudadanos estadounidenses puede terminar perdiendo:
Figura 7: Candidatos que ganaron el voto popular, pero perdieron el voto electoral (sin incluir la elección de 2016). (Fuente: El Gato y la Caja).
Ahora llevemos el sistema al límite
Para consagrarse presidente hace falta ganar 270 electores (la mitad más uno, o sea, 538/2 + 1 = 270). Entonces, para ganar con la menor cantidad posible de votos, hay que conseguir esos 270 electores ganando en los estados que nos cuestan menos votos por cada elector (de acuerdo con la cuenta que hicimos recién para cada estado).
Vamos a eso. Ordenamos los estados desde el que menos votos requiere por elector al que más (Ver tabla numero 3) y vamos sumando los electores que conseguimos en cada uno, hasta obtener la mayoría, calculando cuántos votos fueron necesarios para conseguir esos electores. El resultado es que conseguiremos los electores suficientes si ganamos en los 40 estados en los que cada elector requiere de menos votos ciudadanos, y acumulamos los 275 votos electorales de esos estados. Con 69.583.924 votos ciudadanos, se pueden ganar las elecciones en un país con 308.745.538 habitantes. O sea, por la elección de sólo el 22% de los ciudadanos y en contra del voto del otro 78%.
Figura 8. Gráficos de elaboración propia.
Notas:
1. Congressional Apportionment. Obtenido Mayo 15, 2016 de http://www.census.gov/population/apportionment/about/how.html
2. A diferencia del resto de los estados, en Maine y Nebraska no alcanza con obtener la mayoría simple de los votos ciudadanos para contar con el total de los electores de esos estados (desde las reformas de los años 1972 y 1996, respectivamente). Ahí hay una subdivisión electoral adicional, por distrito. Entonces, cada distrito se disputa un elector, y los electores restantes son para el partido que obtuvo la mayoría a nivel estatal. Al calcular la cantidad mínima de votos requeridos en esos estados, la operación es casi idéntica al caso de aquellos en los que los electores se distribuyen todos según el resultado de las elecciones a nivel estatal. Esto es porque, si un partido consigue la mitad más uno de los votos en cada distrito, también contará con la mayoría simple a nivel estatal. Así, es posible asegurarse todos los electores de esos estados con poco más de la mitad más uno de los votos estatales (la mitad más dos votos en Maine, que tiene 2 distritos, y la mitad más tres en Nebraska, dividida en 3 distritos).
Anexo: Tablas informativas
Análisis de la tabla N°1
Tomemos como ejemplo la población estadounidense de 2010 (año en que se realizó el censo en el que se planeó la última distribución de votos electorales) y dividámosla por los 538 votos electorales.
308.745.538/538=573.876 (aproximadamente)
Esto nos indica que cada voto electoral equivale a una media de 573.876 personas. Veamos si esto es cierto en todos los estados. Tomemos el estado más poblado de la nación (California) y el menos poblado (Wyoming) y dividámoslo por el número de votos electorales, 55 y 3, respectivamente.
California: 37.253.956/55=677.345 (aproximadamente)
Wyoming: 563.626/3=187.875 (aproximadamente)
Un voto electoral californiano representa a 677.000 personas mientras que un voto electoral de Wyoming equivale a 188.000 personas. En otras palabras, un voto de Wyoming vale más que un voto californiano. De hecho, un voto de Wyoming vale alrededor de 3,6 votos californianos.
677.345/187.875 =3,605 (aproximadamente)
Ninguno de los dos está cerca del valor del voto electoral promedio (573.876 habitantes por voto). Esto es así porque solo 385 de los votos adjudicados se reparten proporcionalmente, mientras que cada estado tiene tres votos obligatoriamente. Veamos cuantos votos deberían tener estos dos estados en si el número de votos electorales fuese directamente proporcional al número de ciudadanos de cada estado.
California: 37.253.956/573.876 =64,9 (aproximadamente)
California debería tener alrededor de 65 votos electorales.
Wyoming:
563.626/573.876 =1 (aproximadamente)
Wyoming tiene tres votos, aunque debería tener uno.
Ahora veamos cuánto vale proporcionalmente el voto de cada ciudadano (Tabla 1).
Tabla 1: Poder de voto del ciudadano (generada con Excel).
Tabla 2: Votos electorales y populares (Luego de 1964). Generada con Excel.
Tabla 3: Cómo aprovecharse del sistema (generada con Excel).
Población que votó al candidato: 69.583.924 (275 votos electorales)
Población que no votó al candidato: 239.161.614 (263 votos electorales)
Sobre el autor
Bruno Malarini
Politólogo, pero en alguna otra vida actor. Y en alguna otra seguro que presidente o al menos eso dice mi vieja, pero primero y principal opinologo profesional.
Contacto:
bmalarini@gmail.com
@brunomalarini
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